No todas las noticias son malas, en ocasiones muy esporádicas nos encontramos con esos peculiares casos donde las autoridades cumplen son su función. Esta nota del periódico El Universal, nos da cuenta de la manera en la que policías municipales, si leyó usted bien, policías municipales de Naucalpan en el Estado de México, rescataron a una mujer y detuvieron a su presunto plagiario. La ubicación de ambos se logró a través del GPS del teléfono celular de la víctima. Esta acción y uso de la tecnología parece digna de CSI -región 4- Naucalpan. Aunque desafortunadamente no nos da más datos de cómo hicieron para localizar a la victima a través de su teléfono celular, es decir si fue con ayuda de la compañía telefónica o si lo hicieron con ayuda de algún software o aplicación. De cualquier manera es agradable ver como se logró la detención de un delincuente y se liberó a su víctima. Bien por la policía de Naucalpan que de manera oportuna cumplió con su deber.
En este caso se puede apreciar la importancia que tienen las
policías municipales y la destacada labor que deberían tener -siempre- no sólo
para combatir los delitos sino para prevenirlos, en coparticipación con la
población. El artículo 21 y el 115 de la Constitución mexicana facultan
expresamente a los municipios para crear y administrar a sus cuerpos de policía
preventiva municipal y tránsito. Esto es lógico porque las autoridades
municipales son las más próximas a la ciudadanía, ello implica que cuentan con
más información que los Estados o el gobierno federa sobre los lugares con mayor incidencia delictiva. Necesitamos redignificar
la labor de todos los policías y no como el brazo opresor del estado, sino como
servidores públicos que desempeñan una función primordial para mantener la paz y el
orden; de nuevo, no un orden impuesto, sino uno consensuado. Ese orden dimana
de la confianza que los pobladores podamos tener en las autoridades. Esa confianza
sólo la otorgaremos cuando veamos a las autoridades cumpliendo con su deber con
un alto sentido de responsabilidad y compromiso.
Los policías son personas con sentimientos y problemas, son
servidores públicos pero también son nuestros vecinos, familiares o amigos. Entre
ellos, he encontrado grandes seres humanos y comprometidos servidores públicos que
me hacen pensar que el problema no son ellos sino las instituciones a las que
pertenecen y la manera en la que son conducidas. En nuestro país existe no solo
falta de respeto y confianza, sino incluso animadversión por las autoridades. Esto
se debe a la poca preparación, ausencia o simulación de controles de confianza,
baja escolaridad e inestabilidad laboral que padecen los policías. Sin una
recomposición del estado, que busque abatir la cultura de la ilegalidad,
seguiremos teniendo cuerpos policiacos que reflejan la calidad de la
democracia retorica en la que vivimos; seguiremos teniendo una policía que es
espejo de las fallas y deficiencias del corrupto y podrido Estado Mexicano.
@danielxicori
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